En 1993, Gloria Zea invitó a Valeriano Lanchas, con diecisiete años recién cumplidos, a debutar en la Ópera de Colombia como Fiorello en la producción de El barbero de Sevilla que se había estrenado un año antes con la participación de dos asiduos colaboradores de esa institución: Alejandro Chacón en la puesta en escena y Adán Martínez en el vestuario.